Los bivalbos son seres acuáticos de carnes blandas que tienden a vivir protegidos de las adversidades dentro de una concha calcárea que mantienen cerradas y a ratos abren para aspirar las partículas que las corrientes les proveen. Creo necesario poner un momento nuestra atención en ellos para mirarnos como en un espejo, pues al contemplarlos vemos millones de años de evolución biológica en un diseño simple y robusto capaz de sobrevivir meteoritos, maremotos y cambios climáticos, algo que quizá nuestra sofisticada especie no consiga.
De alguna forma en nuestra sociedad de la información nos estamos convirtiendo en bivalvos, seres metidos dentro de una burbuja rígida que pese a poder vivir rodeados de otros muchos pierden la habilidad de compartir el mismo espacio. Quizá aspiremos las mismas aguas y partículas parecidas, aunque cada cual sienta que su menú de contenidos es exclusivo. Lógicamente es una falacia, las compañías que nos proveen de información la trocean según nuestro gustos pero con un poco de distancia queda claro que es la misma sopa para todos. De esta forma cada cual pasa sus días filtrando litros y litros de agua salada para al final conseguir un puñado de migajas que nos permita seguir con vida digital.
Hoy escuchaba a un adolescente decir que se había quitado de Instagram, harto de consumir la misma dieta insípida. Recordé la que tenía yo con su edad a base de los primeros videojuegos que llegaron a los primeros ordenadores y consolas, un alimento terrible que nos encantaba a todos y que consumimos hasta el hartazgo más absoluto que nos hizo retornar poco a poco al mundo real. Me temo que hoy la situación es más complicada y pocos tienen la autentica capacidad de apagar definitivamente sus aparatos electrónicos. Lo que veo más bien es que las burbujas que nos rodean, que inicialmente eran plásticas, transparentes y flexibles, se van convirtiendo en conchas rígidas que remedan la del mejillón. Y es que lo que escuchamos cada vez es menos diverso y más rígido, áspero y moral. Las redes sociales nos etiquetan y de este modo nos clasifican y dividen. Azules frente a rojos, amarillos frente a morados, listos frente a tontos, morales frente a amorales, y así hasta el infinito. La plaza digital es pues una bronca permanente que genera ruido y peleas infinitas que se terminan pegando al exterior de nuestras conchas añadiendo una capa de un apestoso chapapote que nos anima a mantenernos más cerrados si cabe. De dialogar nos estamos olvidando, de abrirnos a la diversidad también. Esta pérdida de tolerancia a lo distinto es de gran toxicidad, perdemos la capacidad de pensar por nosotros, sin las ideas no propias no podemos seguir construyendo nuevas propuestas.
Los que tengan la protección de una familia o comunidad humana alrededor y quizá la suficiente cultura y sensibilidad quizá puedan defenderse de la marea negra que aparentemente nos rodea. Nunca habían sido tan necesarias las viejas narrativas de la literatura, la música, las demás bellas artes, la historia y la filosofía. Necesitamos recurrir a todos esos sabios que nos legaron desde antiguo las cartografías de la mente y el corazón humanos. La sabiduría en piedra de aquellos templos, las pinturas al fresco o en vasijas, los objetos, la arquitectura, todos sus intentos de hacer perdurar un mensaje que sigue siendo válido porque sigue hablando de la dificultad humana. Queremos ser dioses y no damos la talla. Queremos desear como dioses, consumir como dioses, ser honrados como dioses. Y al final nos comportamos como un puñado de monos agresivos enseñando los dientes o golpeándonos unos a otros con garrotes. Al final terminamos metiendo nuestro orgullo dentro de una concha, y cerrando la puerta, sin imaginar que al hacerlo nos morimos en vida.
The shell
Bivalves are aquatic beings with soft flesh that tend to live protected from adversity within a calcareous shell that they keep closed and at times open to inhale the particles that the currents provide them. I think it is necessary to pay our attention to them for a moment to look at ourselves as in a mirror, because when we contemplate them we see millions of years of biological evolution in a simple and robust design capable of surviving meteorites, tidal waves and climate changes, something that perhaps our sophisticated species cannot achieve. .
Somehow in our information society we are becoming bivalves, beings stuck inside a rigid bubble that, despite being able to live surrounded by many others, lose the ability to share the same space. Perhaps we inhale the same waters and similar particles, although each one feels that their menu of content is exclusive. Logically it is a fallacy, the companies that provide us with information cut it according to our tastes but with a little distance it is clear that it is the same soup for everyone. In this way, everyone spends their days filtering liters and liters of salt water to finally get a handful of crumbs that allow us to continue with our digital life.
Today I was listening to a teenager say that he had quit Instagram, tired of consuming the same bland diet. I remembered what I had at his age based on the first video games that came to the first computers and consoles, a terrible food that we all loved and that we consumed to the point of absolute satiety that made us return little by little to the real world. I fear that today the situation is more complicated and few have the true ability to permanently turn off their electronic devices. What I see rather is that the bubbles that surround us, which were initially plastic, transparent and flexible, are becoming rigid shells that mimic that of the mussel. And what we hear is less and less diverse and more rigid, harsh and moral. Social networks label us and in this way they classify and divide us. Blues versus reds, yellows versus purples, smart versus stupid, moral versus amoral, and so on ad infinitum. The digital plaza is therefore a permanent fight that generates noise and infinite fights that end up sticking to the outside of our shells, adding a layer of stinking chapapote that encourages us to remain more closed if possible. We are forgetting to dialogue, to open ourselves to diversity as well. This loss of tolerance to what is different is highly toxic, we lose the ability to think for ourselves, without ideas that are not our own we cannot continue building new proposals.
Those who have the protection of a family or human community around them and perhaps sufficient culture and sensitivity may be able to defend themselves from the oil spill that apparently surrounds us. Never have the old narratives of literature, music, the other fine arts, history and philosophy been so necessary. We need to turn to all those wise men who bequeathed us from ancient times the cartographies of the human mind and heart. The wisdom in stone of those temples, the fresco paintings or on vessels, the objects, the architecture, all their attempts to make a message endure that remains valid because it continues to speak of human difficulty. We want to be gods and we don't measure up. We want to desire like gods, consume like gods, be honored like gods. And in the end we behaved like a bunch of aggressive monkeys, baring our teeth or hitting each other with clubs. In the end we end up putting our pride inside a shell, and closing the door, without imagining that by doing so we will die alive.
贝壳
自动翻译,如有错误敬请谅解。
双壳类是一种水生生物,肉质柔软,通常生活在石灰质的外壳内,以免受逆境的影响,它们保持关闭状态,有时张开以吸入海流提供的颗粒。 我认为我们有必要暂时关注它们,像照镜子一样审视自己,因为当我们思考它们时,我们会看到数百万年的生物进化,其设计简单而坚固,能够在陨石、潮汐和海啸中幸存下来。气候变化,也许我们复杂的物种无法实现。
不知何故,在我们的信息社会中,我们正在变成双壳类,被困在一个刚性泡沫中的生物,尽管能够生活在许多其他人的包围中,但却失去了共享同一空间的能力。 也许我们吸入相同的水和相似的颗粒,尽管每个人都觉得他们的内容菜单是独一无二的。 从逻辑上讲,这是一个谬论,为我们提供信息的公司根据我们的口味来切割它,但有一点距离,很明显,这对每个人来说都是一样的汤。 通过这种方式,每个人每天都在过滤一升又一升的盐水,最终得到一把面包屑,让我们能够继续我们的数字生活。
今天,我听到一个青少年说他已经退出 Instagram,厌倦了同样清淡的饮食。 我记得我在他这个年纪吃过的东西是基于第一台电脑和游戏机上的第一批视频游戏,这是一种我们都喜欢的可怕食物,我们吃到绝对饱腹感,让我们一点一点回到真实的状态。世界。 我担心今天的情况更加复杂,很少有人真正有能力永久关闭他们的电子设备。 我看到的是,我们周围的气泡最初是塑料的、透明的、有弹性的,现在正在变成模仿贻贝的坚硬外壳。 我们听到的内容越来越不多样化,越来越僵化、严厉和道德化。 社交网络给我们贴上标签,并以这种方式对我们进行分类和划分。 蓝色与红色、黄色与紫色、聪明与愚蠢、道德与非道德,如此循环往复。 因此,数字广场是一场永久的战斗,会产生噪音和无限的战斗,最终粘在我们的外壳外面,增加了一层臭气熏天的薄饼,鼓励我们尽可能保持封闭。 我们忘记了对话,也忘记了向多样性开放。 这种对不同事物的容忍度的丧失是剧毒的,我们失去了独立思考的能力,如果没有不属于我们自己的想法,我们就无法继续提出新的建议。
那些受到周围家庭或人类社区保护的人,或许还有足够的文化和敏感性,也许能够保护自己免受明显围绕我们的石油泄漏的影响。 文学、音乐、其他美术、历史和哲学的古老叙事从未如此必要。 我们需要求助于所有自古以来为我们留下人类思想和心灵地图的智者。 这些寺庙的石头、壁画或器皿、物品、建筑上的智慧,以及他们所有的尝试,使信息持久有效,因为它继续讲述着人类的困难。 我们想成为神,但我们达不到标准。 我们想要像神一样渴望,像神一样消费,像神一样受到尊重。 最后我们表现得像一群好斗的猴子,露出牙齿或用棍棒互相殴打。 最后,我们把骄傲收进了壳里,关上了门,却没有想到我们会因此而死。
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