22 octubre 2022

El desgarro. The tearing apart. 撕裂

Nuestra sociedad está sometida a circunstancias inauditas. Algunos ven en el poderoso aparato de entretenimiento, medios de comunicación, doctrina del shock y aumento del clima de incertidumbre una maniobra para anestesiar a la población. También nos dicen que el mercado es la fuerza invisible que está recolocándonos en su tablero con el objetivo de mantener un crecimiento que condicione consumo. Que el tejido familiar y de barrio se va debilitando y cada vez más personas viven solas, o experimentando soledad no deseada. Que el mundo laboral cada vez es más demandante a lo que añadimos una generosa dosis de autoexigencia… Pero, ¿Qué está pasando en realidad? Probablemente en el fondo pase lo de siempre, los poderes reales mueven sus fichas y luchan entre ellos. La diferencia estriba en que cada vez los actores son más invisibles. Es cierto que sigue habiendo choques entre naciones o bloques, pero  el peso del poder real se está trasladando tras los telones a corporaciones, empresas, multimillonarios, lobbies y demás actores que se mantienen fuera de las cámaras.  La consecuencia para el ciudadano de a pie también es la de siempre. Se le empobrece progresivamente, se le devalúa. Su trabajo vale menos, el dinero que cobra por él también, sus impuestos cada vez le reportan menos servicios, se disminuye su futura pensión y se aumenta su deuda pública. Y tristemente hay poca diferencia en que gobiernen unos u otros, dado que el poder como hemos dicho viene de más allá. Si lo resumimos en dos palabras tendríamos vulnerabilidad e indefensión. Y como en toda historia, si miramos bien, encontraremos márgenes de mayor exclusión.  Esto produce una sensación de vértigo y nausea que se añade a las producidas por la catarata de malas noticias diarias a las que estamos sometidos y a la certeza de un futuro distópico al que parece nos acercamos sin remedio.  El resultado es que cuando en nuestra cotidianidad irrumpe una catástrofe vital por el fallecimiento de alguien querido, un problema laboral, de salud, sentimental… al dolor que esto nos causa se le suma el malestar de fondo que ya llenaba la mochila. Y llena también las de los demás, que lo tendrán difícil para atender el nuestro cargados como van con mil historias.  Hay un desgarro social que está rasgando nuestro tiempo y terminará alumbrando un nuevo status quo. Estamos en fase de dolores de parto, eso sí embutidos en unos auriculares, rodeados de pantallas y adormilados por todo lo que diferentes tubos nos van metiendo en vena.  En toda esta vorágine sigue habiendo profetas que nos invitan a despertar pero no es sencillo hacerles caso, a ver quién se atreve a quitarse la anestesia y regresar a esa ciénaga cada vez más lúgubre que llaman Mundo Real. Sí, en efecto, esto cada vez se parece más a Matrix, con menos efectos especiales pero Matrix al fin. Una realidad dentro de otra realidad, dentro de otras, como una serie de muñecas rusas. No se preocupen, no es preciso que hagan nada. Por hoy basta que se planteen la imagen y la dejen estar.    The tearing apart Our society is subjected to unprecedented circumstances. Some see the powerful entertainment apparatus, the media, the shock doctrine and the increasing climate of uncertainty as a manoeuvre to anaesthetise the population. They also tell us that the market is the invisible force that is repositioning us on its chessboard in order to maintain growth that conditions consumption. That the family and neighbourhood fabric is weakening and more and more people are living alone, or experiencing unwanted loneliness. That the labour market is becoming more and more demanding, to which we add a generous dose of self-demanding? But what is really going on? Probably the same thing is happening as always, the real powers are moving their pieces and fighting among themselves. The difference is that the actors are increasingly invisible. It is true that there are still clashes between nations or blocs, but the weight of real power is shifting behind the scenes to corporations, businesses, billionaires, lobbyists and other actors who stay out of the cameras.  The consequence for ordinary citizens is also the same as always. They are progressively impoverished, devalued. His work is worth less, the money he earns for it is worth less, his taxes bring him fewer and fewer services, his future pension is diminished and his public debt is increased. And sadly it makes little difference whether one or the other governs, since power, as we have said, comes from beyond. If we sum it up in two words we would have vulnerability and helplessness. And as in any story, if we look closely, we will find margins of greater exclusion.  This produces a feeling of vertigo and nausea that is added to those produced by the daily cataract of bad news to which we are subjected and the certainty of a dystopian future that we seem to be approaching without remedy.  The result is that when a vital catastrophe breaks out in our daily lives due to the death of someone dear to us, a work, health or sentimental problem... the pain this causes us is compounded by the underlying discomfort that already fills our backpacks. And it also fills the backpacks of others, who will find it difficult to deal with ours, burdened as they are with a thousand stories.  There is a social rift that is tearing our time apart and will end up giving birth to a new status quo. We are in the phase of labour pains, albeit with headphones on, surrounded by screens and lulled to sleep by everything that different tubes are pumping into our veins.  In all this maelstrom there are still prophets who invite us to wake up but it is not easy to listen to them, to see who dares to take off the anaesthesia and return to that increasingly gloomy swamp they call the Real World. Yes, indeed, this is becoming more and more like the Matrix, with fewer special effects, but the Matrix nonetheless. A reality within a reality, within other realities, like a series of Russian dolls. Don't worry, you don't have to do anything. For today, it's enough if you just consider the image and let it be.    撕裂 机器翻译,原谅我的错误。 我们的社会正遭受着前所未有的情况。一些人认为,在娱乐、媒体、震荡学说和越来越多的不确定性等强大的机器中,有一种使民众麻醉的手法。他们还告诉我们,市场是一种无形的力量,在其棋盘上对我们进行重新定位,以保持消费条件的增长。家庭和邻里结构正在减弱,越来越多的人独自生活,或经历不必要的孤独感。工作世界的要求越来越高,我们在其中加入了大量的自我要求? 但真正的情况是什么呢?可能和以往一样,真正的大国正在转移他们的筹码,相互争斗。不同的是,演员们越来越看不见了。的确,国家或集团之间仍有冲突,但真正的权力重量正在幕后转移到公司、企业、亿万富翁、说客和其他不在镜头前的行为者身上。 对普通公民的后果也一如既往。他们逐渐陷入贫困,被贬低。他的工作更不值钱,他为此赚的钱更不值钱,他的税收给他带来的服务越来越少,他未来的退休金减少了,他的公共债务增加了。可悲的是,无论一个人还是另一个人执政,都没有什么区别,因为正如我们所说,权力来自于外部。如果我们用两个词来概括,那就是脆弱性和无助感。就像任何故事一样,如果我们仔细观察,就会发现有更多被排斥的边缘。 这就产生了一种眩晕和恶心的感觉,而这种感觉是在我们每天受到的坏消息的白内障和我们似乎正在接近的没有补救措施的歇斯底里的未来的确定性的基础上产生的。 其结果是,当我们的日常生活中因亲人去世、工作、健康或感情问题而爆发重要的灾难时......这给我们带来的痛苦被已经装满我们背包的潜在不适感所加重。它也填满了其他人的背包,他们会发现很难处理我们的背包,因为他们背负着无数的故事。 有一个社会裂缝正在撕裂我们的时代,最终将诞生一个新的现状。我们正处于阵痛阶段,尽管戴着耳机,被屏幕包围,被不同管道注入我们血管的所有东西哄着睡觉。 在所有这些漩涡中,仍然有先知邀请我们醒来,但要听他们的话并不容易,要看谁敢脱下麻醉剂,回到那个他们称之为现实世界的越来越阴暗的沼泽地。是的,的确,这越来越像《黑客帝国》了,虽然少了一些特效,但还是《黑客帝国》。一个现实中的现实,在其他现实中的现实,就像一系列的俄罗斯娃娃。别担心,你不需要做任何事情。今天,你只需考虑这个图像并让它存在就足够了。 
http://dlvr.it/SbWRLs

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